Los niños presentan trastornos psiquiátricos similares a los que padecen los adultos. Los padres adopta en estos casos un rol fundamental, pues han de responder a las necesidades especiales de desarrollo que necesitan estos niños. Desde estas líneas intentaremos aportar algo de luz y consejos prácticos útiles en este tipo de enfermedades.

Este tipo de enfermedades psiquiátricas suelen perdurar en el tiempo y a veces de por vida, por tanto un diagnóstico adecuado y temprano en estas edades, pueden mejorar la situación de los niños y sus habilidades diarias normalmente mejoran. Una vez que el niño haya sido diagnosticado adecuadamente, la colaboración entre psquiátricos, pediatras, educadores y familiares se hace básico.

Según el Departamento de Sanidad de Estados Unidos, la mayoría de enfermedades psiquiátricas de niños y adolescentes se relacionan con la combinación de varios factores que pueden dar como origen los problemas de salud mental:

-          Factores biológicos genéticos.

-          Historial familiar de salud mental.

-          Experiencias familiares traumáticas.

-          Alteraciones del desarrollo.

-          Problemas de conducta y de relaciones.

La clasificación más utilizada de trastornos psiquiátricos infantiles es la instaurada por Goodman y Scott en 2012:

-          TRASTORNOS DEL DESARROLLO

• Trastornos del espectro autista.
• Trastornos de la comunicación.
• Trastornos de aprendizaje.
• Discapacidades intelectuales.
• Encupresis y enuresis.

-          TRASTORNOS EXTERNALIZADORES

• Trastornos de conducta.
• Trastorno negativista desafiante.
• Trastorno por déficit de atención e hiperactivad (TDAH)

-          TRASTORNOS EMOCIONALES

• Trastornos depresivos.
• Trastornos ansiosos.
• Fobias.
• Trastorno obsesivo-compulsivo.
• Trastorno de somatiación.

Para ese diagnóstico temprano y aunque por ser síntomas, relativamente, frecuentes, se hace difícil caracterizar estas enfermedades pero suelen estar caracterizadas por:

-          Dificultad para concentrarse.

-          Pérdida de peso inexplicable.

-          Abuso de sustancias tóxicas.

-          Cambios bruscos de personalidad o del estado de ánimo.

-          Intentos de hacerse daño físicamente.

 
En base a todo lo anterior un plan de tratamiento integral debería coordinar factores como los siguientes:

-          Sesiones de psicoterapia.

-          Programas específicos de aprendizaje.

-          Sesiones para mejorar las destrezas sociales y para solucionar los problemas de comportamiento.

-          Tratamiento farmacológico psiquiátrico adecuado.

-           Participación activa de la familia.

 
En resumen lo más difícil de todo es proceder a un diagnóstico psiquiátrico temprano, pues detectar los síntomas a tiempo es complicado. Implicar al conjunto de individuos que intervendrán en el tratamiento de estos pequeños pacientes, cuanto antes permitirá a los niños una evolución de su enfermedad mucho más favorable.