Recientemente aparecen en la farmacia, nuevas alternativas naturales para el tratamiento de enfermedades. En este artículo, describiremos las características de un nuevo grupo de productos naturales.

Los probióticos, según la OMS,  son  "Microorganismos vivos no patógenos que, administrados a una dosis suficiente, confiere un efecto beneficioso a la salud del huésped o su fisiología", las especies más utilizadas son:

• Lactobacillus
• Bifidobacterium
• Saccharomyces boulard
• Especies de Escherichia coli y bacilli.

Su manera de actuar se basa en la respuesta que ofrece el sistema inmune del organismo presente en el tubo digestivo. La flora bacteriana intestinal regula la respuesta del organismo ante los patógenos perjudiciales para la salud, participando también en procesos fisiológicos como la digestión o los movimientos del tubo digestivo o la producción de algunas vitaminas.

Ahora que el verano ya nos ha dejado y las temperaturas son algo más frescas, aparecen los primeros resfriados y para su tratamiento también existen alternativas naturales, para su tratamiento. En nuestra farmacia, somos especialistas en medicina natural y la homeopatia es una excelente opción, que da muy buenos resultados, para combatir esta enfermedad.

El resfriado es una enfermedad viral leve que afecta a las vías altas del sistema respiratorio. Es una  enfermedad contagiosa cuyos principales  síntomas son estornudo, secreción nasal, dolor de cabeza, congestión nasal, flemas, sensación de malestar y cansancio. El resfriado suele tener una duración de entre 3 y 10 días.

Para su tratamiento existen diversas alternativas, entre ellas:

Por nuestra situación, es fácil deducir el por qué del nombre de nuestra farmacia, “Farmacia La Estación”. Localizada en frente de la estación de tren de Toledo, resultaba muy adecuada esta denominación para la farmacia. En este artículo, queremos rendir un pequeño homenaje a este notable monumento que nos da nombre.

En un viaje de Alfonso XIII a Toledo, en 1912, comentó a las autoridades locales, su sorpresa a cerca de que una ciudad como ésta no tuviera una estación de ferrocarril a la altura de su nivel arquitectónico. Ese mismo año la Compañía de Ferrocarriles, inicia las gestiones para la construcción de una nueva estación que, se encarga al arquitecto D. Narciso Clavería y Palacios, que vendría a sustituir al anterior edificio que databa de 1858.

Las obras se iniciaron en 1917, bajo las órdenes de este arquitecto, gran impulsor del renacimiento mudéjar en España, que consiguió dotar al edificio de matices tanto cromáticos como materiales, sin dejar pese a ello, de ser funcional y moderna. Las obras se prolongan durante tres años  con un coste superior al millón de pesetas, los materiales utilizados fueron fundamentalmente ladrillo, piedra, cemento y hierro, que se combinaron de forma muy decorativa para conseguir el notable estilo que tiene la estación.